jueves, 27 de mayo de 2010

La LeCtUrA

          Es algo que llevo dentro, algo que ahora ya va a ser complicado de digerir. No es nada grave, ni mucho menos, es simplemente que he sido tan tonto toda esta vida que hasta hace cinco o seis años,  no he querido saber nada sobre los libros y la lectura.
          Tenía la cabeza en otras cosas, como es lógico. No es que fuera un mal estudiante, simplemente era demasiado vago a la hora de estudiar. Además reconozco que no me gustaba, me aburría, pero también reconozco que sabía que era necesario. Es cojo nudo que ahora que nadie me obliga a leer, o a estudiar o a conocer más cosas de la vida...lo haga por mi mismo. 
           Es muy curiosa la historia de como me inicie en el mundo de la lectura. 
           Era un día lluvioso, negro, sin nadie por las calles. Un día de estos que si por ti fuera no saldrías de casa en todo el día. Ahora lo recuerdo y me alegro mucho de que me hubiera quedado sin nada en la nevera y tuviera q haber salido a comprar. Me levanté del sofá rojo, cogí las llaves del coche y fui al supermercado a comprar algo para cenar. Cuándo seleccione todos los productos que quería pagar en caja me fui a ella a pagar lo que les debía. Después de pagar,  metí todas las cosas en una bolsa de plástico y me dirigí por otra puerta diferente por la que entré hacía el coche.
           Empecé a andar por el pasillo del supermercado y al fondo visualicé algo que no terminaba de adivinar sobre que era. Pensé en darme la vuelta antes de que me intentaran vender algo o algo parecido. Pero al final decidí seguir la marcha q tenía pensado. Al final pasó lo que me esperaba. Intenté pasar inadvertido, mirando al suelo, sin llamar la atención...hasta que de repente oí una dulce voz q me llamaba "caballero". Levanté la vista y vi dos ángeles vestidas con el mismo traje. Me acerqué. Recuerdo que me quedé sin habla, no sé porqué pero me hicieron sentir pequeño al principio. Luego, cada minuto que pasaba me hacían sentir bien. Recuerdo la amabilidad y simpatía con la que me trataron. Y como es lógico después de un buen rato conversando con ellas me convencieron a hacerme socio del circulo de lectores. Es curioso que ahora mismo no recuerde sus rostros tal y como eran ni tampoco sus nombres, pero si que recuerdo ese trato tan brillante que me dieron en una tarde tan antipática. Siempre les agradeceré que perdieran ese tiempo conmigo. Consiguieron que me iniciara a la lectura. 
           No me arrepiento de nada de lo que he hecho en esta vida, cada cosa en su momento, pero ojala hubiera conocido este mundo muchísimo antes. Lean y disfruten.
            

No hay comentarios:

Publicar un comentario